Luego de bajar la montaña el maestro y su discípulo
descansaban a la orilla de un río. El discípulo aún intentando comprender la
enseñanza anterior insistía en meditar mientras hacía cualquier cosa,
caminando, mirando las hojas caer o simplemente respirando, pero algo no
encajaba, algo no daba la talla. Miró a su maestro que mojaba sus manos en la
orilla y bebía algo de agua. Después de darse una y otra vez en la cabeza con
tanta inquietud el discípulo vuelve donde el maestro y le pregunta;
Maestro; Si usted medita a cada momento, ¿Cómo puede hacer
sus cosas? ¿Puede hacer ambas al mismo tiempo?
El maestro tomó con sus manos un poco de agua, la acercó a
su discípulo para ofrecerle a beber, y éste bebió de las manos de su maestro.
Cuando bebiste el agua, ¿sentiste el agua? – preguntó el
maestro.
Si.- Respondió el pupilo.
Cuándo no bebías el agua, ¿Sentías el agua? – Dijo el
maestro.
No.
¿Cuándo no haces algo lo sientes? – pregunta el maestro.
Evidentemente que no.
¿Estás meditando ahora?
Y el discípulo se iluminó.
@Andreas_von