La importancia vital de lo inmaterial y lo material es ajena muchas
veces a nuestra realidad. Aquellos que ya no están con nosotros siguen
estado en la medida en que nuestro corazón les brinde su espacio porque
muchos ya sabemos que lo que se siente no necesariamente expresa su
existencia en el mundo material, la existencia del sentir es la que
valida las infinitas posibilidades de manifestación de lo que "no
existe". Es por eso que considero la importancia
de dedicar un espacio intimo o sagrado a la presencia de aquellos que
se fueron, de lo contrario, la ausencia de su recuerdo es también signo
de la lejanía entre nuestro corazón y quien haya partido. Creo que
mientras más ausencia existe más presencia y en lo que se refiere a
honrar a nuestros antepasados la ausencia de un espacio intimo o de una
simple fotografía que nos recuerde a aquel ser querido es sinónimo de
algo irresuelto. Ahí la importancia de dedicar y ofrecer la materialidad
de quienes son hoy inmateriales, es el puente sagrado y sensible entre
el recuerdo y el sentimiento sano con quienes más allá de su lejanía
material ofrecen siempre su cercanía espiritual.
Un altar, una vela, una fotografía o lo que sea que nos conecte con aquellos que partieron representa el contacto, el respeto y la importancia de su presencia en nuestra vida, el sentir es importante, sin embargo la importancia de lo material en un espacio dedicado a quien recordamos ha sido siempre un portal de conexión entre nuestro espíritu y el espíritu de aquellos que honramos.
Un altar, una vela, una fotografía o lo que sea que nos conecte con aquellos que partieron representa el contacto, el respeto y la importancia de su presencia en nuestra vida, el sentir es importante, sin embargo la importancia de lo material en un espacio dedicado a quien recordamos ha sido siempre un portal de conexión entre nuestro espíritu y el espíritu de aquellos que honramos.
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