Y resulta que pensar en ella no es nada de fácil.
Me hace entender que los dominios de mi consciencia
son limitados y que poco a poco,
quizá de forma intencionada,
la he ayudado a transformarse en una isla abandonada
en medio de mis infinitos imaginarios,
donde soy yo,
el único que puede visitarla,
porque esa isla es un espacio mío,
tan mío como yo mismo,
y ahí, encerrada es donde ella tiene el dominio
de todas mis fuerzas y voluntades.
Es ahí, donde pensarla no es nada de fácil,
porque es ahí donde me pierdo,
en el encuentro de ambos en tierras limitadas,
pero de deseos infinitos.
@Andreas_von
No hay comentarios:
Publicar un comentario