sábado, 27 de diciembre de 2014

La búsqueda.

Existe tanto ruido en la búsqueda de silencio, tanta violencia en la búsqueda de paz, tanta fealdad en la búsqueda de belleza. Sin embargo, ha sido la búsqueda el invisible puente entre mis puertas cerradas y mis ventanas abiertas, como una corriente de aire que une lo interior con lo exterior, esperando abrir la puerta cerrada para continuar. 
La búsqueda ha sido una espada de doble filo, donde he preferido desenvainar sin miedo a cortarme que a mantener su filo en la profunda oscuridad del cobarde. La búsqueda del Ser trae consigo vida, alegría, miedo, dicha y sufrimiento, tal como sin búsqueda también.
Fue cosa de comenzar a buscar para comenzar a encontrar primero lo que no quería ver, lo que pretendía esconder o lo que simplemente no deseaba aceptar, el filo de la espada era de verdad. Y con curiosidad ante la herida me di cuenta que la herida no la había hecho la búsqueda en sí, no la espada, sino que la herida mas bien era el cerrojo de la puerta cerrada y la espada mas bien una llave.
Pues así, creyéndome un espadachín lleno de heridas no era mas que un cerrajero lleno de llaves. Con el tiempo he ido comprendiendo que la búsqueda o el autoconocimiento es importante no para encontrar lo definitivo como la herida sino la continuidad, la invitación a ir abriendo puertas con llaves que siempre me he hecho creer que eran espadas.
Así la búsqueda de silencio comenzó a hacerse desde el ruido, la paz desde la violencia y la belleza desde la fealdad.


Andreas Von Kunowsky

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