jueves, 17 de mayo de 2012

La cima de la montaña no es la montaña.


Ayer después de una maravillosa meditación me surgió esta historia en mi interior, la comparto con ustedes y luego su posterior análisis y reflexión.

La cima de la montaña no es la montaña.

Después de limpiar durante toda la mañana el templo el discípulo fue donde su maestro que alimentaba al gato para preguntarle.

“Maestro, ¿Ahora qué haremos?”

“Meditar” – Respondió.

“¡Que bien, al fin meditaremos!”. – responde entusiasmado el discípulo como si estuviera esperando este momento por mucho tiempo.

El maestro lentamente comienza a caminar hacia la salida del templo y el discípulo extrañado lo sigue. Caminan por las calles hasta cruzar el pueblo, luego se adentran al frondoso y colorido bosque de bambús. Mientras caminan el discípulo no paraba de preguntarse porqué el maestro había decidido caminar si podrían haber meditado en el templo. Después de horas de caminata llegan hasta la falda de una montaña donde el maestro se detuvo. Miró feliz el paisaje, suspiró y comenzó a caminar hacia la cima. A sus espaldas el discípulo cansado de caminar y con mucha sed seguía sin entender. Sin querer perder de vista a su maestro apuró el paso.
Al llegar a la cima el maestro contempla el maravilloso paisaje, contento se sienta a meditar. El discípulo al ver que su maestro ya ha comenzado se sienta a su lado para iniciar su meditación. Al cabo de un minuto el maestro se levanta y camina de regreso cuesta abajo. Sin entender el discípulo se pone de pie y corre hasta su maestro para preguntarle;

“Maestro; ¿Ya meditamos?”

Tranquilo y sereno el maestro contesta – “Yo si, medité mientras caminábamos hasta acá. ¿Tú no?”.



 Reflexión: 


A veces creemos que aquello que nos brindará gran satisfacción en la vida debe costar mucho esfuerzo o simplemente creemos que las cosas tienen una sola forma de realizarse para lograr los resultados que queremos o los resultados que los demás obtienen de una forma determinada, pero no es así. Cada uno debe encontrar la manera de llegar a la formula que más le acomode para lograr entender y aprender de si mismos. La cima de la montaña así como nuestros objetivos están proyectados en la mente de una forma en común a través de la realización de estos objetivos por parte de otros, pero no necesariamente debe ser “esa” forma la que nos determine. Para el maestro meditar era salir a encontrarse consigo mismo fuera de su lugar habitual, pero el discípulo concentrado en la forma perdió el objetivo de la meditación creyendo que sentarse a meditar era meditar.
Así nuestra mente nos traiciona haciéndonos creer que la forma de hacer o conseguir algo de la misma manera que los demás es la correcta sin darnos cuenta que en la vida todo debe ser de nuestra propia y única forma de vivirlo. 

Encontrar el camino para realizarnos no es lo difícil sino caminarlo. 

@Andreas_von



2 comentarios:

  1. Gracias por este aporte, me ayudó mucho! desde hace tiempo he intentado sin mucho éxito meditar, aplicando las técnicas convencionalmente conocidas, esto me permite reflexionar que quizá deba encontrar otra técnica más acorde para mí, hacerlo a mi manera. Continúa brindando luz! abrazos

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  2. En la meditación nada es un error, por lo tanto todo lo que has hecho es un avance. Es importante no negarse la experiencia, así nos hacemos conocedores de un poco de sabiduría que es nuestra. En mi caso he pasado por muchas disciplinas pero lo importante es que todo el camino recorrido no ha sido en vano, todo ha dado como resultado lo que hoy puedo disfrutar y lo mejor de todo es que eso recién es el comienzo. Lo importante es no detenerse, ir al ritmo natural de uno mismo y siempre con profunda convicción de que lo que buscas ya lo tienes, simplemente debes aceptar que la experiencia te lo traerá a la vida. Gracias por visitar. Un abrazo de mi alma a tu alma!

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