sábado, 19 de enero de 2013

Amarla.

Amarla, 
¿quieres una razón? 
¿Pueden mis palabras acaso alcanzar una pizca de verdad? 
Por más que intento hilar palabras todas me son insignificantes. 
Sólo sé que la razón que me pides yace en silencio mientras ella duerme en el éxtasis de mi corazón y en el eco mis huesos.
Ahora te he dicho sólo palabras, que por más que suenen dulces en el paladar seguirán siendo insípidas.
Amigo, ahora deberé callar para por fin seguir amándola.
Adiós.



@Andreas_von

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