Podremos ser muy inteligentes pero si no sabemos realmente quienes somos la inteligencia se transforma en una sutil estupidez. Como el Zen dice; No es saber de identidad o ego, aquella que nos separa del resto, sino saberse a si mismo en la totalidad que nos une, es decir, olvidarse de si y aceptar el todo, diluirse en si mismo.
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