Cuando agradecemos incluso antes de pedir nos es concebido
lo que deseamos y entendemos que la gratitud es un estado de verdadera
existencia, de maravilla, de SER. Esa noche después de haber viajado desde
Santiago hacia el norte de Chile por el interior todo era gratitud por estar
ahí en medio de tanta belleza y hacer lo que amo hacer, viajar, fotografiar,
deleitarme con lo que no ven los ojos sino con lo que el alma puede sentir y
expandir hacia los demás. Después de ver durante dos días de recorrido la cordillera
nevada y todo un horizonte de planicies y desierto me esperaba la luna y sus
estrellas para pedirme una fotografía en pleno Valle del Elqui. Ser fotógrafo es
ser amigo de la luz y quizá por eso este trabajo es en cierta forma un trabajo
espiritual, así lo he comenzado a sentir hace un buen tiempo y así es como
quiero que sea siempre. No haber aprovechado la luz de la luna para poder tomar
esta fotografía habría hecho de este viaje un desperdicio y al ver cómo la luna
iluminaba el desierto no me contuve y sentí la maravillosa inspiración de tomar
la foto. Una suerte de llamado, de susurro que me dice “Aquí estoy” es lo que
finalmente me inspira a vivir de la experiencia e inspirarme a aprovechar una
conversación con Dios, con un todo que siempre me dice, “Vive la poesía de
existir”, es en ese momento donde me olvido de mi y soy parte de ese todo para
comenzar a danzar en un sueño que no dista mucho de la realidad cuando se
comienza a agradecer.
Maravillosas fotografías. Emotiva y emocionante reflexión. Nunca pierdas tu alma de abuelo ni las ganas de compartir tu sabiduría.
ResponderEliminarGracias! Quiero ser útil y espero poder seguir siéndolo. Me alegra que te haya gustado! Un abrazo a tu alma!
ResponderEliminarme encanto!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarGracias! Me alegra! Un abrazo cariñoso!
ResponderEliminarExelso pocas palabras, las fotos hablan
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