No puedo cerrar mis ojos por la bella culpa de tu ombligo,
Pequeña cicatriz que me llama con el ardor de tu fuego.
Inmóvil anidado en tu cuerpo me hipnotiza hacia dentro
Como también me lanza tan lejos dejándome en otro
continente.
Tierna piel ayudante de su magia me aprisiona en su apretado
nudo,
Y con aromas descontrolados que imagino me tiende trampas
sagradas.
No me resisto a mirar una y otra vez tu ombligo,
Como si mis besos que aún no he dado ya se lanzaran piqueros
a su vació
Como si fueras profunda de ese espacio carnudo y eterno.
Que golpe me has dado mujer!
Sin tocarme aún, el punto medio de tu cuerpo me pide el
silencio.
Son mis ojos los que escuchan un susurro de piel enredada,
Y mis labios contemplan el mar salado por donde escapar
hacia tu muelle.
No cerraré mis ojos por tu bella culpa
Porque el norte que buscaba
Está situado en la mitad de tu infinito limite.
@Andreas_von
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