Mientras caminaba por la calle una mujer me detuvo para ofrecerme
suplementos alimenticios y un chequeo de mi IMC, accedí sin problemas.
Conversamos de su propuesta alimenticia después de haberme hecho un breve
chequeo de cual me enteré felizmente que sigo bastante bien en términos de peso
y masa corporal, quizá un poco bajo en mi peso pero siempre he sido así y no he
tenido problemas con eso. Antes de salir de casa sentí el impulso de salir con
mi cámara, y siempre obedezco ese llamado, es una intuición maravillosa, una
voz confiada que me dice que algo pasará y que es importante llevar mi cámara
conmigo y así fue ese día, me encontré con esta mujer mayor que tenía unos ojos
hermosos pero cierta nostalgia que me llamaba la atención. Después de todo el
chequeo no pude evitar pedirle si podía fotografiarla y ella accedió sin
problemas, le tomé la foto y me fui prometiéndole enviársela por correo, cosa
que cumplí esa misma noche.
Su mirada posee la belleza que trasciende edad, destruye el
tiempo y goza de una inmortalidad frente al paso biológico de nuestros años,
pero esa belleza también oculta o deja ver muy sutilmente una nostalgia que no
es fácil entender quizá por su gran peso durante años. Obviamente estoy
haciendo una interpretación sobre una imagen que quizá esté muy lejos de la
realidad interior de esta mujer, pero en fin. Es lo que me llamó a tomar la
foto como suele pasarme, a veces siento que la vida y sus mensajes maravillosos
buscan al fotógrafo para mostrarle algo que se “ve” más allá de lo aparente.
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