Dejo caer mis armaduras egóicas
Pesadas y oxidadas
en el pozo de sus lágrimas negras,
ahí en medio del putrefacto pantano,
Sin aviso ni trompetas doradas
Humilde y pura
una orquídea blanca brota embelleciéndolo todo.
Desnudo y frágil
La felicidad me habitó en silencio.
@Andreas_von
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