lunes, 25 de junio de 2012

Viaje Iniciático Parte 5. Isla Taquile, Lago Titicaca, Perú.


Febrero de 2011. 

Quise viajar por algunos países de Sudamérica con un propósito iniciático, es decir, encontrarme durante el viaje. No fue fácil y yo lo tenía claro, desde el primer día todo fue un duro reto tanto físico, mental pero sobre todo, espiritual. Hace más de un año que llevaba una maravillosa búsqueda y estudios teológicos y toda una vida de caminos espirituales recorridos que avalaban de cierta forma este viaje que intentaba llegar más profundo. En fin, durante este viaje que enriqueció mi vida y de cierta forma le dio un antes y un después comenzó a enseñarme cosas que hasta ese momento desconocía y nunca había vivido, una de esas fue el chamanismo que tan lejos lo tenía en mis conocimientos y debo confesar que incluso me sentía completamente escéptico, pero en ésta isla fue donde tuve mi primer encuentro chamánico sólo como espectador porque admito que el primer golpe visual del actuar de un chaman es fuerte y hasta cierto punto, desagradable. 
Mientras recorría parte de esta isla buscando algún lugar sagrado para tomar algunas fotos sorpresivamente me encontré con toda una fila de lugareños que subían hacia la montaña de la isla cada uno con una planta en la mano. Me llamó la atención y pregunté a una de las damas que subían en el grupo (Foto 3), me contestó que era el día de un ritual y que subían a festejarlo. Luego de subir lentamente para evitar "apunarme" (Malestar causado por la altura y la falta de oxígeno) llegué al lugar del evento liderado por un chaman (Foto 5). El ritual tenía que ver a simple vista con "el dejar los problemas y dolores enterrados en la tierra" y sobre ellos plantar un árbol, planta o flor. Habían niños, mujeres y ancianos, todos por igual participaban de este ritual que hasta el momento yo sólo podía entender como un acto físico pero desconocía el verdadero significado que eso representaba para la mente humana. En ese lugar abierto casi como el patio de una casa con vista al lago todos cantaban y luego hacían un hoyo en la tierra para luego plantar lo que querían ofrecer. Luego de terminado el evento me acerqué al chaman para saludarlo. Lamento mucho no recordar su nombre porque debo reconocer que era un nombre complicadísimo y hasta hoy no he podido traer de vuelta a mi mente. Lo seguí hasta el patio de una casa cercana donde se sentó, sacó un puñado de hojas de coca de un bolsito pequeño y lo lanzó a una mesa de madera. Me dijo; "A donde vas no importa, sino el camino que estás recorriendo". Sin haberle hecho pregunta alguna el me dice esto y yo atónito sólo asentí con la mirada, casi me desnudó el alma y me sentí de cierta forma indefenso ante su claridad frente a mi. Una fila de gente lo esperaba quizá para consultarle cosas, yo no sabía bien pero el accedió a hablar un par de minutos conmigo. Yo, conociéndome con la curiosidad que me caracteriza sólo me atreví a preguntarle una cosa ya que sentí presión por salir de ahí ya que las miradas de la gente se depositaban en mí. ¿Por qué ayuda a la gente usted? le pregunte. El mientras masticaba coca me respondió algo que me quedó tatuado en la mente: "¿Debo tener razón para ayudar a alguien que lo necesita?". Claramente me conmovió su respuesta. Le estire mi mano, me dio la suya. Sonreímos y salí de ahí casi como si hubiese estado en alguna consulta con un psicólogo milenario. Aun quedaba mucho mas por recorrer y aprender, estaba lejos de Chile, y tenía Bolivia y Argentina por delante. 

@Andreas_von

Foto 1.
Rumbo a la isla Taquile.

Foto 2.
Desembarco en la isla.

Foto 3.
Foto 4.

Foto 5. 


Foto 6. 


Foto 7.







































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